El reto era crear experiencias originales para los usuarios de este festival, donde se crease engagement entre sus vinos y estos, y además tuviese relación directa con la música.

Así nació “WineSounds”: una aplicación en donde el usuario podía crear una melodía a base de percusión, y podía ganar premios. Esto se ejecutó también en el propio festival, montando un córner donde la gente podía “pinchar” sus melodías delante de todo el público.

Otras de las acciones fue el concurso de talentos Ribera del Duero, en el cual diferentes grupos emergentes presentaban sus maquetas y al final el ganador pudo actuar en el festival.

Además, durante todas las jornadas se dieron catas sensoriales de los vinos de Ribera del Duero, que conectaron muy bien con el público ya que eran diferentes y originales, y pruebas de producto en las barras.

RESULTADOS

• Más de 1.000 personas asistieron a las catas
• 7.000 pruebas de producto
• 400 personas jugando en el festival